viernes, 19 de junio de 2009

Género, discapacidad y teletrabajo: los nuevos paradigmas de la sociedad de la información y la comunicación.

Exposición realizada durante la Presentación del Libro Telecapacitados. El Teletrabajo como alternativa para la inclusión laboral de personas con discapacidad. Salón Manuel Belgrano. Senado de la Nación. Buenos Aires. Argentina.

Autora: Silvia Mirta Valori

Es necesario definir y distinguir la perspectiva de género como una herramienta de análisis que pretende modificar y mejorar las relaciones existentes entre mujeres y varones en la mayoría de los países del mundo, relaciones cuyas características principales son: la asimetría, el establecimiento de jerarquías dentro de las cuáles los varones adoptan una posición dominante y las mujeres quedan subordinadas, y una valoración negativa de los proyectos y prácticas femeninas.

Aunque en América Latina se ha extendido y generalizado la utilización de género, su uso no es riguroso, lo cual no sólo produce confusiones sino que tiene implicaciones estratégicas que tienen que ver con la distribución del poder.

Entender cabalmente qué es el género y qué es la diferencia sexual sigue siendo fundamental para encontrar un concepto equilibrado acerca de los seres humanos, indispensable para el avance de las sociedades en un marco democrático y equitativo y para lograr la participación y la tan renombrada igualdad de oportunidades y trato.

La diferencia entre sexo y género.

Al hablar de sexo nos referimos a las características biológicas que las personas traen al nacer, que se manifiestan en la apariencia externa de sus genitales, por lo tanto, el sexo, corresponde a la biología.
El género se diferencia del sexo. Los atributos biológicos se vinculan con el sexo y las características culturales refieren al género.
Las sociedades consideran apropiadas a cada sexo ciertas conductas, en un momento histórico determinado. Y, a esas conductas y atributos se les asigna valores y jerarquías distintas.
El género es, por lo tanto, la construcción social que se transmite tomando como referencia las características biológicas, mediante la sociabilización a la que estamos sometidas todas las personas, desde pequeñas, en la que intervienen las familias, las escuelas, las iglesias y los medios de comunicación.

Las relaciones entre los géneros varían de unas sociedades a otras y de un tiempo a otro, son históricas y, por lo tanto, modificables.
El proceso mediante el cual se asocia a las personas con características, expectativas, roles y oportunidades dependiendo de su sexo, así como el modo en que cada persona estructura su identidad, se llama construcción del género (*)

El nuevo concepto género permitió entender que no es la anatomía lo que posiciona a mujeres y hombres en ámbitos y jerarquías distintos, sino la simbolización que las sociedades hacen de ella. El feminismo amplió el concepto de género como el conjunto de ideas sobre lo que “es propio” de los hombres y lo que “es propio” de las mujeres e investigó cómo estas ideas, instaladas y naturalizadas (consideradas “naturales”) por siglos y siglos, han conformado la tradición intelectual occidental.
La crítica feminista cuestiona los principios sexistas y androcéntricos (centrados en lo masculino) y utiliza la deconstrucción para hacer una nueva investigación dirigida a desarmar los códigos patriarcales heredados y cuestionar las estructuras simbólicas que posibilitan y rigen las prácticas cotidianas y afirma que el género puede tomarse como razón explicativa de la desigualdad.
Ser feminista hoy es casi una obligación para todas las mujeres y todos los hombres. Es una cuestión de respeto a los Derechos Humanos y por tanto a la dignidad de las personas.

El nuevo modelo bio psico social de la Discapacidad:
En el año 2001, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aprobó la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y de la Salud, que enfatiza el funcionamiento (factor positivo) y no la discapacidad (factor negativo).
“Se abandona el modelo lineal de interpretación (deficiencia - discapacidad - minusvalía) para pasar a un modelo multifactorial en la relación entre el funcionamiento humano y los estados de salud. Los factores contextuales cobran fuerza (personales y ambientales). El funcionamiento humano es un continuo que no puede ser dividido entre lo que es normal y lo que no lo es. Es importante destacar que los factores ambientales pueden ser considerados como facilitadores o barreras, en función de cómo se relacionen con la realidad funcional de la persona, la realización de una actividad o el desempeño de un rol social. Entre los factores ambientales están el diseño de los entornos, servicios y productos en general, y de tecnologías de apoyo, en particular. (**)

Dicho de otra manera, la discapacidad de una persona es mayor o menor según el entorno social en el que se desenvuelve y las ayudas técnicas y personales a las que tiene acceso; es menos discapacitada o más discapacitada según el lugar en el que vive y desarrolla sus actividades y según la tecnología, ayudas, adaptaciones y apoyos personales con los que cuenta.

El género y la discapacidad son dos características que sumadas aumentan la discriminación, la marginación y la inequidad, favoreciendo situaciones de exclusión, violencia, abuso y maltrato.
Las mujeres con discapacidad soportan una doble (y a veces múltiple) discriminación: por que son mujeres y son personas con discapacidad.
La participación de las mujeres con discapacidad en todos los ámbitos es un derecho inherente a su condición ciudadana: ellas contribuyen mediante múltiples prácticas –remuneradas y no remuneradas – al desarrollo y al bienestar de las comunidades.

Trabajo – Teletrabajo – Género – Discapacidad. Nuevos conceptos. Nuevos modelos. Nuevas posibilidades.

La noción que tenemos hoy de trabajo es una visión parcial que nos ha sido dada por la economía y que se ha ido formando a lo largo de la historia de la humanidad.
En la antigüedad, el mundo de las ideas era lo más importante (no como hoy, que es el mundo económico) y el trabajo físico era denigrado y relacionado con actividades penosas... La palabra trabajo deriva de Tripalium (en latín) que es un instrumento de tortura. Es decir, el trabajo estaba relacionado con lo penoso, lo denigrante, lo que tortura.
Sería bueno saber a qué nos referimos hoy cuando decimos trabajo y si aquí, preguntara a cada uno de ustedes qué es trabajo, seguramente tendríamos una diversidad de opiniones. Pues bien: ¿qué es trabajo? Es una actividad que se realiza a cambio de algo... Tradicionalmente a cambio de un salario, verdad? Otra respuesta podría ser: trabajo es aquello que transforma una cosa en otra o que mejora, cambia y/o hace más utilizable un objeto, organismo o sistema; es una actividad creativa; es una actividad de intercambio ya sea con la naturaleza y/o con nuestros semejantes y por la cuál, generalmente, se percibe dinero o bienes que permiten a su vez la adquisición de otros bienes que necesitamos o que deseamos tener.
Nos vamos a quedar hoy con estas visiones y respuestas diversas, diferentes, más o menos, en mayor o menor grado, y por supuesto, acertadas, por lo tanto, pensemos que es difícil llegar a una definición única, homogénea, de lo que es el trabajo, porque tendemos a verlo, sobre todo, desde nuestra trayectoria, o desde la trayectoria histórica que tenemos y así es que le damos una visión más economicista, muy desde la economía y la economía, nos ha dado una visión del trabajo parcial, y lo voy a tener que dejar ahí, para no extenderme demasiado, por el momento, tenemos sólo una visión parcial del trabajo.

Pero esta noción parcial que nosotros/as tenemos hoy acerca del trabajo es, evidentemente, una construcción social, lo cuál quiere decir que la hemos ido construyendo en función de cómo es nuestra sociedad, de cómo vivimos nuestro tiempo, de cuáles son las necesidades que tenemos; y en ese sentido hemos hecho una construcción teórica del concepto de trabajo.

El uso de las nuevas tecnologías trae consigo transformaciones acerca de las maneras en las que pensamos y desarrollamos el trabajo, y una de estas maneras es el Teletrabajo o trabajo a distancia que requiere de ajustes y adaptaciones estructurales que tienen que ver con la Educación, la legislación y la disponibilidad de tecnología.
Que tienen que ver con que la mayor cantidad posible de personas tenga acceso a estas tecnologías y al conocimiento, pero también, tiene que ver con que la mayor cantidad posible de empleadores y empleadoras, de empresas y empresitas conozcan y pongan en práctica esta importante modalidad.

Hablamos de un cambio de paradigmas y de un verdadero cambio cultural, y es interesante destacar que por el momento sólo digo: hablamos, por que todavía falta para que llegue el momento que no se tendrá en cuenta ni el género, ni la apariencia física ni el color, ni la orientación sexual ni la discapacidad de las personas ni otras características. Vamos rumbo a un nuevo mundo en el que las personas serán valoradas por lo que son: personas, seres humanos que día a día realizan infinitos aportes a la sociedad en la que viven y se desenvuelven. Es necesario que un número crítico de personas acepte estos principios para que se conviertan en nuevos modelos, para que se instalen estas transformaciones culturales. Será algo así como la gota que colma el vaso lo que hará posible un cambio de paradigmas, el fin del patriarcado y la conciencia universal que las cosas así como están no pueden seguir.
Recién estamos saliendo de un modelo mercantilista de trabajo en el que un gran número de personas, y especialmente las mujeres y las personas con discapacidad no son reconocidas como trabajadoras y no reciben pago por su contribución para que las sociedades mejoren y crezcan.
El trabajo no remunerado supera al trabajo del mercado. Lo que se contabiliza es bastante menor que lo que no se contabiliza. Las sociedades se sustentan sobre el trabajo de las mujeres. Es muy posible que esta nueva modalidad de trabajo, como es el teletrabajo posibilite una mayor inclusión laboral y en todos los ámbitos de las mujeres y de las personas con discapacidad.
Estimo que sólo será posible la liberación de los pueblos, su progreso y su desarrollo democrático cuando la equidad y la igualdad entre los géneros sea una realidad.
Ni siquiera en las situaciones de más grave crisis puede posponerse el actuar en favor del respeto de la equidad entre mujeres y varones.
Ya nadie puede ignorar que ha cambiado el concepto de ser feminista.
Hoy en día, hablar y trabajar por los derechos humanos es hablar y trabajar por la equidad de género y la igualdad de oportunidades y trato en todos los ámbitos de mujeres y varones, de personas con y sin discapacidad.


Bibliografía consultada:
(*) Publicaciones del Consejo Nacional de la Mujer Serie “Cuadernillos”
- Cuadernillo 6.
Género y Discapacidad. Discapacidad y género. Una cuestión de Derechos. Equipo Interinstitucional de Género y Discapacidad del Consejo Nacional de la Mujer del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Presidencia de la Nación.

“Género: Los conflictos y desafíos del nuevo paradigma”. Autora: Marta Lamas
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"De qué hablamos cuando hablamos de género". Ensayo presentado en el Curso de Crítica Epistemológica Feminista. Autora: Silvia Mirta Valori
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“Decir mujer es decir trabajo – Metodologías para la medición del uso del tiempo con perspectiva de género” Consejo Nacional de la Mujer del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales – Embajada de España en Argentina – Agencia Española de Cooperación Internacional – Oficina Técnica de Cooperación.
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(**) Lloria, Mariano; en Revista Minusval, IMSERSO (Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales de España) y Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis
Cerebral, Noviembre- Diciembre, 2006.

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